La fabricación de palas aerogeneradoras emplea mayoritariamente resinas de poliéster insaturado, y en algunos casos resinas epoxi.
En los últimos años, además de conseguir palas eólicas con diseños más aerodinámicos, las innovaciones en este sector están dirigidas a incrementar la durabilidad de los materiales y reducir por tanto, los trabajos de mantenimiento. Aquí es donde entran el grafeno y los nanomateriales de carbono. La incorporación de estos nanomateriales a resinas de poliéster o epoxi permite obtener polímeros nano-reforzados con mayor dureza y resistencia al impacto por partículas, que reduce el desgaste de las palas, la formación de microgrietas y extiende su vida en servicio, con mayores prestaciones mecánicas capaces de resistir condiciones ambientales más extremas, entre ellas, la erosión por partículas y lluvia, incluso resistencia a la corrosión y ambientes marinos.
Por otro lado, la capacidad de disipación de cargas eléctricas proporcionada por los nanomateriales de carbono, evita la afectación de la pala eólica en caso de tormentas eléctricas.
Adicionalmente, la incorporación de nanomateriales de carbono permite obtener propiedades avanzadas e inteligentes, como auto-sensorización (self-sensing) para la detección de grietas, fracturas o vibraciones, evitar la formación de hielo y/o deshielo (antiicing-deicing) gracias al efecto Joule producido por la conductividad eléctrica, o el auto-curado (self-curing) de forma que es posible la reparación in-situ de la pala eólica, además de un curado más eficiente y rápido de las resinas empleando energía eléctrica.
Son, por tanto, grandes innovaciones las que se pueden realizar en el sector eólico con unos pequeños materiales.